“Ganarse el derecho” de controlar físicamente a un agresor

Muchas personas tienen una especie de “fanatismo” por querer parecerse a Steven Seagal y tener la capacidad de reducir físicamente a una persona con sólo doblarle un dedo.

Es frecuente que en los cursos la gente nos consulte por técnicas de esta naturaleza o que siempre que circunstancialmente en un curso algún Instructor termina una secuencia defensiva controlando físicamente a su compañero de entrenamiento sin lastimarlo, todos quieran aprender esa técnica más que cualquier otra.

Y si bien hay algo de “bondad” en querer saber controlar a alguien físicamente a través de palancas, llaves y otras técnicas de control, sin lastimarlo, también hay bastante de fantasía detrás.

Controlar a alguien físicamente SIN lastimarlo, es casi un lujo en la vida real. Nadie se dejará controlar, todos forcejean y muchas de las técnicas que habitualmente se ven te ponen mucho más en riesgo, sin contar con la transpiración que siempre nos juega una mala pasada.

En las exhibiciones marciales, SIEMPRE hay consentimiento entre el Instructor y el alumno. Agarrar un puñetazo en pleno vuelo es fácil cuándo sabes que el otro lanzará un puñetazo, a una zona determinada, en un momento determinado, en una cantidad determinada y de un modo determinado. Pero la realidad es distinta. Una técnica así, por más “efectiva” que parezca, rara vez pasará el test más simple de realismo.

Y no escribo esto para “menospreciar” a las artes marciales que se especializan en técnicas de control y reducción (Aikido, Hapkido, Jiu Jitsu, entre otras). Tengo altas graduaciones en algunas de estas artes marciales que me parecen realmente apasionantes, pero soy realista que sólo un pequeño porcentaje de lo aprendido me puede servir en una situación real de violencia, cuándo no hay consentimiento, cuándo el daño que me pueden hacer es real, cuándo mi agresor está verdaderamente violento y cuándo no se dejará “doblar el brazo”.

Mientras intentas “enroscarte” con tu agresor, él está pensando en cómo arrancarte la cabeza de un puñetazo. Eso es una desventaja.

Las técnicas de control y reducción se aplican cuándo el riesgo de un contragolpe por parte del agresor, es realmente menor. Cuándo hay “no cooperación” por parte de la otra persona, pero NUNCA cuándo tiene un arma en la mano o cuándo está muy “combativo”. Sería simplemente una locura, una fantasía sacada de una película.

Y siempre hay que tener un PLAN “B” por si todo falla. Por eso nosotros no enseñamos técnicas de control y reducción hasta tanto el estudiante no sepa primero protegerse si “la cosa sale mal”.

Pero sobretodo, lo realmente importante al margen de la técnica a utilizar, es cómo llegar a aplicarla, cómo aproximarse al agresor tácticamente, cómo preparar el control, cómo “entrar”. Y como siempre decimos, dado que nadie se dejará controlar, hay que “ganarse el derecho” de controlarlo, lo que muchas veces significa “aflojarlo” con algún golpe que no haga daño real (más una distracción que un golpe) o bien utilizar la inteligencia en la interacción (y si es posible el trabajo en equipo) para preparar el terreno.

Controlar físicamente a alguien sin lastimarlo, en ciertas circunstancias es posible, pero las técnicas que funcionan son realmente contadas con los dedos de la mano. Recuerda, no se trata tanto de la técnica que utilizas, sino de cómo llegas a utilizarla, y nunca olvides que antes debes “ganarte el derecho” de controlarlo. Con eso en mente, te deseo buena suerte.

Lic. Marcos Castro

Siempre considerar que el delincuente está acompañado

El pasado 25 de junio 2009, una mujer fue baleada en una salidera bancaria, y el modo en que se produjeron los hechos, nos deja varias enseñanzas. La siguiente nota periodística fue publicada en Diario Clarín (Argentina):

La víctima, una mujer de 65 años, tenía que retirar una suma importante de dinero del banco, y le había pedido a su sobrino que la acompañe, un joven de 23 años, subteniente del Ejército. Al salir de la entidad, caminaron unos 200 metros antes de ser sorprendidos por uno de los ladrones, de 25 años. Los asaltantes habían cruzado la calle en diagonal, y corrieron directamente hacia el lugar en el que estaba la mujer.

Entonces, uno de los ladrones sacó un arma y le apuntó exigiéndole el dinero que había sacado del banco. Pero su sobrino reaccionó, forcejeó con el ladrón armado, lo inmovilizó y logró arrojar la pistola en medio de la calle. El joven no pudo darse cuenta que detrás había un cómplice. El segundo ladrón recuperó el arma que había quedado tirada en medio de la calle y le apuntó al joven.

Pero el subteniente se cubrió con el cuerpo del asaltante que tenía reducido. El cómplice habría disparado al menos cuatro veces, sin medir. La mujer, que en ese momento estaría tirada en el piso, recibió un disparo en la zona femoral. El otro balazo hirió al asaltante usado como escudo por el soldado, quién resultó ileso.

Al ver que su compañero había sido baleado y que el robo se estiraba más de lo planeado, el ladrón terminó escapando en una moto en el que lo esperaba un tercer hombre. La mujer fue llevada de urgencia al Hospital, donde estaba siendo intervenida quirurgicamente. En tanto, el ladrón baleado por su cómplice quedó detenido. Además de buscar a los ladrones prófugos, la Policía investiga la existencia de un entregador en el banco.

Comentarios:

Este hecho real me parece por demás interesante para analizar varias cuestiones:

1- A nivel preventivo, debemos saber que cuando retiramos una buena suma de dinero (en este caso habían sido u$s 30.000) es probable que en el banco puedan haber “marcadores” (gente que a través de una señal le indica a un delincuente que la víctima tiene mucho dinero), y es casi imposible identificarlos, ya que se puede tratar de un ademán rascándose la oreja, totalmente imperceptible. Lo que tenemos que considerar es de exponernos lo menos posible. No ir a dar vueltas con el dinero. Solicitar al personal del banco poder pasar al baño para poder distribuir el dinero en dos o tres lugares del cuerpo (usar por ejemplo, fajas en la cintura), cosa de disminuir pérdidas. Que alguien nos espere con un automóvil en la puerta del banco. Difícilmente nos asalten dentro del banco, el peligro está afuera. Sino, coordinar con un taxista de confianza. Cuidarse que nadie nos siga y que al bajar no haya nadie “esperando”. Ante la duda no arriesgarse, dirigirse hasta una comisaría. Y sobre todo, evitar manejar en efectivo tanta cantidad de dinero. Los bancos tienen medios para evitar manejar el efectivo (cheque de caja, transferencias, etc.) y a veces por ahorrarnos $100, perdemos u$s 30.000 o peor aún, perdemos la vida.

2. Sin juzgar si vale la pena o no arriesgar la vida por u$s 30.000 como lo hizo el sobrino de la víctima, ya que no sabemos para que se necesitaba ese monto de dinero (tal vez sea para una operación de vida o muerte del esposo de la víctima, lo que hace que el asalto sea de vida o muerte), lo que nos deja de enseñanza es que ES POSIBLE defenderse no solo contra un asaltante armado, sino CONTRA DOS… y hasta salir ileso. Parece de película, pero es real.

3. Siempre considerar que el delincuente estará acompañado. Es raro que hoy salgan a robar solos. El error que derivó en la lesión “casi mortal” de la víctima (romperse la arteria femoral es una lesión gravísima), es haberle quitado del arma y lanzarla cerca. No estuvo mal la intención de eliminar el arma de la escena si la intención no es utilizarla, pero lo mejor es tirarla arriba un techo, en algún lugar difícil de acceder, o bien, lanzarla lo más lejos posible sin arriesgar la vida de las personas que están dando vueltas (les puede caer en la cabeza y un arma es muy pesada), pero lo suficientemente lejos como para que si otro delincuente agarra el arma tener tiempo para escapar.

Lic. Marcos Castro

Defenderse físicamente cuando la ropa no permite buena movilidad

Una cosa es defenderse físicamente en el gimnasio o lugar de entrenamiento, con ropa cómoda para realizar actividad física, y otra muy diferente es la realidad, dónde muy probablemente nos encontremos con jeans, zapatos, traje, corbata, zapatos con taco, sandalias e incluso sólo con un traje de baño.

Y así es cómo la víctima, que “supuestamente” tenía el entrenamiento adecuado sobre cómo protegerse, sufre un hecho de violencia y se bloquea mentalmente (en el mejor de los casos) al no saber qué hacer ante tal circunstancia con la pérdida de movilidad y comodidad.

El primer planteo que me hago es… ¿un entrenamiento sin considerar estos factores, es un entrenamiento realista? ¿Entrenar siempre con ropa apta para hacer ejercicios físicos es realista? ¿Entrenar siempre en lugares aptos para la actividad física es realista?

Como siempre, la clave para lograr protegerse con éxito cuando la vestimenta ofrece poca movilidad, es entrenar simulacros con esa vestimenta. De esa manera no sólo se puede analizar con realismo qué técnicas, conceptos y tácticas funcionan y cuáles no, sino también nos sacará una buena cuota de ansiedad de encima.

Por otra parte, un método de protección física para la realidad de la calle, que se base en técnicas, conceptos y tácticas que no puedan ser realizadas con jeans, sin calzado, con calzado pesado, con zapatos de taco, con vestido, o con traje, no es realista. Punto.

Siempre dependiendo del estilo de vida de cada uno, si durante el 50% del tiempo estamos vistiendo un traje con saco y corbata, entonces necesitamos que al menos el 50% de nuestro entrenamiento sobre cómo protegernos de la violencia, sea realizado con esta vestimenta o bien considere esta realidad.

En última instancia, aprender defensa personal se trata de aprender a protegerse en la vida real, ¿o no?

Lic. Marcos Castro

El entrenamiento físico en la defensa personal

Hablar de Entrenamiento Físico no es un tema fácil. Existe una amplia bibliografía al respecto y toda una ciencia que la respalda. Si embargo la defensa personal no es ni un deporte ni una actividad orientada al mejoramiento de la salud, por lo que debe analizarse correctamente qué es lo que debemos entrenar.

En otras palabras, un deportista tiene un calendario de competencias y es en base a estas que se realiza una planificación anual, adecuando el volumen y la carga de entrenamiento. Por lo tanto un deportista puede prepararse toda su vida para dar lo máximo de sí, en 9.74 segundos por citar solamente un ejemplo.

Las personas que hacemos defensa personal integral entrenamos acciones físicas que jamás queremos utilizar en nuestra vida, y si así fuera no sabemos cuándo ni dónde, siendo sumamente importante el tipo de entrenamiento que realicemos para que podamos rendir al máximo cuando nos sea necesario.

Tratare de explicar superficialmente que tipo de entrenamiento físico deberíamos realizar haciendo unas pequeñas comparaciones con deportes y actividades que comúnmente se podrán pensar como correctas para complementar nuestro entrenamiento.

¿Elongación?

En la mayoría de las artes marciales tradicionales se realiza un entrenamiento intensivo sobre la elongación. El motivo radica en que ciertas técnicas de patadas o acrobacias requieren de esta capacidad. En la defensa personal no necesitamos de una elongación tan amplia ya que nuestra vestimenta puede interferir en este tipo de técnicas, sin nombrar los riesgos extras que pueden generar la aplicación de las mismas (resbalar, desgarraros por frío, etc.). Sí se debe entrenar la flexibilidad y movilidad articular, pero realizar sesiones de entrenamiento intensas y dolorosas para ganar elongación de poco nos servirá si lo enfocamos íntegramente a la defensa personal.

¿Hipertrofia Muscular?
Este es sin duda un punto muy particular y difícil de comentar. En defensa personal nuestra mente juega un papel importante, y es por esto que intimidamos más si somos musculosos, o por el contrario, nos aplacamos ante una persona musculosa. Sin embargo este tipo de entrenamiento puede no tener efectos positivos o por el contrario ser inaccesible ¿cuanta masa muscular creen que puede ganar una mujer de 1,58 metros de altura con 55 kilogramos de peso?, no mucha, sin considerar el factor estético.

Si analizamos el tipo de entrenamiento clásico de gimnasio para hipertrofiar veremos que debido a la carga a desplazar, los movimientos suelen ser lentos. ¿Qué movimiento se ejecuta más rápidamente: un curl de bíceps con una mancuerna de 6 kilogramos o uno con una pelota de golf? Sin ser necesario hacer la prueba práctica sabremos que nos desplazaremos más rápidamente con una carga menor. Es por esto que la relación entre fuerza y velocidad no es lineal (Ley de Hill); a mayor fuerza menor velocidad de ejecución.

Dicho esto deberíamos preguntarnos que es necesario para la defensa personal: ¿ser fuertes y lentos? ¿O menos fuertes y rápidos? La respuesta esta en un simple ejemplo: si fueras el dueño de un delivery de pizzas en una gran ciudad con congestión de tránsito ¿que comprarías para el reparto, un ciclomotor o un camión con acoplado?

La mejor forma para ser rápidos y fuertes es entrenar sobre la potencia muscular. Y los ejercicios óptimos para esto son los pliométicos (ejercicios muy rápidos con poca carga). Sin lugar a duda es vital entrenar la potencia en defensa personal, ya que mejoraremos la relación justa entre velocidad y fuerza para que nuestras acciones físicas sean efectivas.

¿Resistencia Aeróbica?
Es muy común ver a las personas en los parques saliendo a trotar por varios minutos. Pero, ¿es ésta una capacidad realmente importante para la defensa personal? Si tuviéramos que trotar por 45 minutos para escapar de un delincuente, sin duda si. Pero la verdad que es que si escapamos lo haremos velozmente y sobre un trayecto corto de tiempo y distancia.

Nuestros músculos poseen diferentes tipos de fibras musculares que actúan de acuerdo al requerimiento e intensidad solicitada. Estas fibras son las lentas (st), las rápidas (fta) y las explosivas (ftb). Por lo tanto este tipo de entrenamiento actúa sobre las fibras st que no son las que requeriremos ante acciones rápidas y explosivas.

Asimismo nuestro cuerpo obtiene energía de los alimentos como un motor del combustible. Nuestros sistemas energéticos pueden dividirse en: Aeróbico, Anaeróbico Aláctico y Anaeróbico Láctico. Cada uno se pondrá en marcha de acuerdo a la intensidad y duración de la acción física. Si consideramos que una acción física promedio de defensa personal no supera los 10 segundos de duración, el sistema energético predominante será el anaeróbico aláctico; pero si la acción superase este tiempo estaríamos poniendo en funcionamiento nuestro sistema anaeróbico láctico, el cual deja un subproducto de desecho llamado ácido láctico que condiciona nuestra acción física en el tiempo.

Dicho esto deberíamos entrenar sobre nuestra capacidad y resistencia anaeróbica en vez de la aeróbica, ya que será la que actuará en todas nuestras acciones físicas de defensa personal.

Por consiguiente para entrenar físicamente debemos realizar todo tipo de ejercicios y actividades que hagan uso de la potencia, la alta intensidad y la resistencia en tiempo cortos de duración. Este tipo de entrenamiento es muy cansador y no apto para todo tipo de personas; la frecuencia cardíaca se eleva muy bruscamente y existen riesgos de lesiones musculares. Por lo tanto, sí es importante fortalecer nuestra musculatura en un gimnasio y mejorar nuestro sistema cardiovascular, pero sólo en una primera etapa de adaptación anatómica. Esto que puede interpretarse como una contradicción no lo es, ya que son actividades que influyen indirectamente y no directamente como se puede llegar a pensar.

Veamos todo esto en un ejemplo clásico de entrenamiento erróneo sobre una bolsa de box. El ejercicio inicial es realizar 10 minutos de bolsa a una intensidad baja con el objetivo de mejorar nuestra resistencia. Como verán, este ejercicio busca entrenar sobre un objetivo irreal para la defensa personal (golpes a baja intensidad distanciados en el tiempo). Sería mucho más efectivo realizar un entrenamiento sobre una pista de audio que nos indicara las acciones a realizar.

Ejemplo de una seria de pista:

  • (inicio) Sentarse de espaldas a la bolsa con piernas cruzadas
  • (5´´ después) Realizar 5 segundos de golpes sólo con miembros superiores a máxima potencia (no olvidar buscar la relación justa entre fuerza y velocidad)
  • (inmediatamente) Realizar dos flexiones de brazos
  • (inmediatamente) Sentarse de frente a la bolsa con piernas cruzadas
  • (15´´ después) Realizar 5 segundos de golpes sólo con miembros inferiores a máxima potencia.
  • (inmediatamente) Realizar dos saltos en extensión.
  • (inmediatamente) Correr a 3 metros de distancia de la bolsa y acostarse boca abajo de espaldas a esta con las piernas cruzadas
  • (15´´ después) Realizar dos flexiones de brazos y tres saltos en extensión
  • (inmediatamente) Realizar 15 segundos de golpes con miembros superiores e inferiores a máxima potencia.
  • (inmediatamente) caminar 4 minutos

Este tipo de entrenamiento actúa sobre las fibras y sistemas energéticos correctos, siendo mucho más beneficioso que el primer ejercicio comentado.

El presente capitulo es muy corto para entrar en detalle sobre teoría del entrenamiento, capacidades funcionales, fisiología del ejercicio y demás, pero espero haber dejado una idea global sobre la forma correcta de entrenar. Para aquellos interesados les recomiendo googlear “pliometria”, “resistencia anaeróbica” y “potencia muscular”.

Instructor Cert. Daniel Spiridione
Extraído del libro “Actualización en Defensa Personal 2008” por la Organización SPAD ®

Protección en el suelo para defensa personal

A principios de la década de los `90, la familia Gracie inició una excelente campaña marketinera cuándo Royce Gracie venció en lo primeros Ultimate Figthing Championship (UFC) – torneo de vale todo -, y que intentaba convencer al mundo de que cómo el 90% de las peleas reales van al suelo, y el Jiu Jitsu es el arte más efectivo, entonces todos tenemos que ir a aprender Jiu Jitsu.

Esto no es tan así. No todas las peleas van al suelo. Esto sucede habitualmente porque no somos lo suficientemente efectivos en los primeros dos o tres segundos de una confrontación real, entonces nos trenzamos con el agresor y caemos. Pero asimismo, siempre dijimos que la lucha en el suelo tiene varias limitaciones fundamentales para defensa personal que hace que no sea, en la mayoría de los casos, la mejor alternativa a elegir. Y la primera limitación es que está diseñada para pelear uno contra uno.

Es imposible defenderse contra más de una persona en el suelo. No es lo mismo pelear sobre un piso de goma que sobre el asfalto. La presencia de armas, lo torna mucho más peligroso aún. Ni que hablar de la pérdida de movilidad que siempre es tan necesaria durante un hecho real (porque nunca sabrás cómo puede evolucionar la situación de violencia que estás viviendo).

En los torneos de vale todo, prevalece habitualmente quién es experto en lucha en el suelo. ¿Esto significa que la lucha en el suelo es lo mejor para defensa personal? De ningún modo. El error es creer que un torneo de vale todo es equivalente a una situación real de violencia. Pero por más crudo que sea, no deja de ser un torneo y que favorece al peleador que domina el suelo: hay árbitros, no hay cómplices que se involucrarán, no hay armas, ambos peleadores se conocen, están entrenados, y no valen las técnicas más efectivas en el suelo: morder y meter los dedos en los ojos. Un torneo de vale todo no es un secuestro, una violación, una toma de rehenes… incluso, unos asaltantes en tu hogar cuando estás durmiendo con tu familia.

De todas maneras… saber luchar en el suelo es FUNDAMENTAL para defensa personal, porque no todas las peleas van al suelo, pero cuándo van, el que se maneja mejor allí tiene todas las de prevalecer, y el que no sabe desenvolverse allí, te aseguro que la pasará muy mal, demasiado.

En pocas distancias de combate, se ve tanto la diferencia entre alguien que sabe y no sabe. De pie, tal vez uno se la puede rebuscar si mucho no sabe de golpear. Si se trata de derribar, alguno se puede dar maña. Pero cuándo se trata de luchar en el suelo, el abismal la diferencia entre el que sabe y el que no.

La cuestión aquí es… ¿hay que pasarse años para ser realmente bueno peleando en el suelo entonces?

Definitivamente no. Imagina una situación real de defensa personal, un abuso sexual, un secuestro, un verdadero intento de homicidio. No pienses más que nada en peleas incidentales (muchas veces basadas en ego, lo cuál desde mi punto de vista no constituye “defensa personal” porque ambos están accediendo a pelear). Si la pelea va al suelo, tu OBJETIVO debe ser escapar, volver a ponerte de pie, y sólo en muy pocos casos, tal vez se justifique intentar alguna técnica de finalización (palanca, estrangulación, etc.). No quisieras estar minutos revolcándote cuándo la otra persona puede tener un arma entre su vestimenta, cuándo pueden venir sus cómplices, cuándo si de pronto caes en una posición desfavorable no habrá nadie que detenga el combate, cuándo no sabes si tu agresor “sabe” pelear en el suelo, cuándo se te acaba el “combustible” y te quedas exhausto (es muy fácil cuándo peleas en el suelo, especialmente contra alguien más grande).

Entonces, ¿qué necesitas aprender cuándo digo que es FUNDAMENTAL? Necesitas sobre todo, saber ESCAPAR de cualquier posición en el suelo, y poder ganar una posición más favorable (habitualmente, arriba del agresor). Incluso de posiciones que parecerían casi imposibles, con algo de técnica y paciencia, es posible escapar, especialmente contra alguien que no domina la lucha en el suelo.

Luego, cuándo logres una posición más favorable, tendrás la opción de levantarte, golpearlo desde allí con facilidad y en algunos casos, finalizarlo con una técnica de estrangulación o palanca. Pero poder escapar, ganar y mantener posiciones favorables, es la esencia para comenzar a hablar del tema suelo.

Asimismo, también es FUNDAMENTAL aprender a caer sin lastimarte, y aprender a respirar, descansar, relajarte cuándo estas peleando en el suelo, para no agotarte. Y algo no menor, saber luchar en el suelo desde posiciones desfavorables, es una explosión de autoconfianza.

Este es el lugar que debe ocupar la lucha en el suelo en tu arsenal de defensa personal. Algo que puede llevarte algunas cuántas sesiones de entrenamiento, pero de ninguna manera años. Luego, si te interesa podrás aprender el “juego bonito” de palanquear, estrangular, etc., una vez que comiences a dominar el juego.

Lic. Marcos Castro

Defenderse contra un arma de fuego

Por supuesto que tratar de defenderse contra un criminal armado es algo realmente difícil y la situación debe justificarlo, sin embargo no es imposible. Por mi parte, he tenido la posibilidad de conocer una gran cantidad de gente que ha logrado desarmar a criminales, y si bien algunos han recibido algún daño físico importante, todavía están vivos y eso es sólo un recuerdo feo en sus vidas.

Por otra parte, tratar de defenderse no necesariamente quiere decir defenderse físicamente. Uno puede defenderse también hablando y a través de gestos, tratando de calmar al individuo y/o confrontándolo verbalmente. De todas maneras, como seguramente la mayoría de la gente entiende la palabra “defenderse” como tratar de “desarmar” al atacante y poder escapar corriendo o dejarlo inconsciente, me voy a referir más precisamente a eso.

Al respecto, me imagino que quiénes piensan que no es posible, estarán pensando que tratar de desarmar a un individuo es una locura. Pero el problema es que están imaginándose una situación de robo o asalto, o alguna riña callejera en donde un individuo saca un arma. Lamentablemente, no todas las situaciones violentas que ocurren en el mundo son asaltos, robos y peleas callejeras. A toda esa gente que cree que no es posible, yo les pregunto lo siguiente: ¿qué harían si un individuo los está apuntando con un arma mientras su cómplice está tratando de violar a su hija en frente de sus ojos? ¿Todavía van a pensar que no es posible “hacer algo” para defenderse o defender a ese ser querido?

Que quede claro que con esto no estoy diciendo que SIEMPRE hay que tratar de defenderse contra un individuo armado (en realidad, en muy pocas ocasiones valdría la pena arriesgarse), pero es muy importante que no TE CONVENZAS de antemano que nunca vas a hacerlo, o que es imposible. Tu objetivo en una situación real de violencia debe ser SOBREVIVIR a la situación.

Esto puede significar darle lo que quiere al criminal o en el otro extremo, quitarle la vida. Pero si cometes el error de convencerte que NUNCA vas a hacer nada, entonces seguramente cuando realmente requieras “hacer algo” tu cerebro no te lo va a permitir, y muy probablemente terminarás muerto por no haber dedicado aunque sea unos minutos de tu vida para estudiar como podrías defenderte si fuera necesario.

Lic. Marcos Castro

¡Todo es un arma!

Improvisar un arma con cualquier objeto del entorno puede llegar a salvarte la vida más de una vez. Sin embargo, también es fundamental saber protegerte sin armas, para no llegar a depender de las mismas, a tal punto de no saber qué hacer si no tienes una a tu alcance cuando la necesites. Esta dependencia provocaría un desenlace fatal durante un hecho real de violencia.

Un arma, cualquiera sea, sirve para potenciar tu capacidad ofensiva, y cualquier objeto del entorno puede servir para ese fin. Pero a pesar de ello, considero que es muy importante para tu seguridad personal, tener alguna noción sobre cómo utilizar las armas más empleadas en la actualidad: un arma de fuego, un cuchillo o simplemente un palo.

Incluso por más que nunca desees portar ni planees utilizar alguna de estas armas, no es raro que durante un hecho real de violencia, te encuentres de pronto con uno de estos objetos en la mano.

Al respecto, es muy importante conocer su funcionamiento para saber qué hacer y cómo proceder si logras desarmar al criminal y el arma queda en tu poder, y de este modo, para evitar la carga emocional que puede generarte la falta de costumbre de manipular un arma (especialmente un arma de fuego). Conocer su empleo, también te servirá para saber qué esperarte de un criminal que se decide a atacarte con esa arma en particular. Por todo esto, te recomiendo seriamente dedicar algunas horas (y tal vez algo de dinero) para interiorizarte sobre el funcionamiento de las armas de fuego, armas punzo cortantes y armas de impacto.

A continuación explicaré algunas cuestiones sobre improvisación de armas, pero teniendo en mente en todo momento que la idea es potenciar tu capacidad ofensiva, lo cual significa no utilizar sólo el arma, sino también aprovecharte del resto de tus herramientas naturales (cabeza, manos, brazos, piernas, etc.) para defenderte.

Cualquier objeto del entorno se puede utilizar para alguno de cuatro fines:

  • Cortar o clavar: cuchillos, vidrios rotos, varillas, lapiceras, etc.
  • Cubrirte: portafolios, bolsos, bicicletas, almohadones, camperas de cuero, bolsas de dormir, cascos de motocicleta, etc.
  • Distraer: objetos que se puedan lanzar al rostro, torso o piernas del delincuente para distraerlo temporalmente, como anteojos, revistas, llaves, billeteras, cenizas, libros, saleros, relojes, monedas, botellas, jabón, zapatos, tierra, arena, piedras, discos, líquidos, desodorantes en spray, etc.
  • Golpear: palos, ladrillos, libros, sillas, caños, linternas pesadas, martillos, binoculares, botellas de vidrio, teléfonos, puerta de auto, bastón, automóvil, etc.

Todo, absolutamente todo, se puede utilizar para potenciar tu capacidad de protegerte. Se trata de tener un poco de imaginación y sentido común sobre cómo utilizarlo.

De todas maneras, debes tratar de ser lo más realista posible con su uso, y utilizar todos los conceptos que se explican en el SPAD ® al momento de defenderse sin armas, ya que la mayoría se pueden aplicar de igual manera con un arma improvisada.

Un buen ejercicio que puedes realizar, es verificar cómo puedes utilizar con efectividad los objetos que habitualmente tienes a tu disposición, tanto sobre tu cuerpo como en tu hogar o lugar de trabajo. Luego, entrena con realismo y seriedad, hasta perfeccionar la habilidad utilizando dicho elemento.

¡Buena suerte!

Extraído del libro “Sobreviviendo a la violencia”, por el Lic. Marcos Castro

Zonas vulnerables primarias: tu última “jugada”

¿Dónde golpear? ¿Qué blancos son los más vulnerables? ¿Cómo puedo hacer para dejar fuera de combate a mi atacante? ¿Cómo logro que alguien más grande y fuerte sienta mis golpes?

Estas y otras preguntas relacionadas, suelen formularse frecuentemente en los cursos y seminarios que dictamos, e incluso a través de consultas por correo electrónico.

Más de una vez posiblemente me hayas escuchado (o leído) decir que por más grande que sea una persona, hay zonas que no pueden ser protegidas a través de la musculatura, y eso es una de las cosas que permite que alguien más pequeño pueda protegerte contra alguien más grande.

En esta breve nota quiero explicarte la diferencia entre zonas vulnerables primarias y secundarias, y debes saber que si bien esta información puede ser extremadamente útil en situaciones realmente extremas, es muy necesario que tengas el cuidado y responsabilidad necesaria al momento de utilizarla.

Existen lugares del cuerpo humano que le afectarán a cualquier persona si son atacados, independientemente de su estado psicológico, emocional, fuerza, musculatura, e incluso, si ha consumido o no narcóticos o alcohol. Pero estas zonas son sólo dos. El resto se denominan zonas secundarias y un golpe aplicado a dichas regiones no lleva ninguna garantía de afectarle lo suficiente al agresor.

Las zonas vulnerables primarias no incapacitan por dolor, sino por daño estructural, y son como dije sólo dos: los ojos y el cuello.

Por más agresivo, fuerte y grande que sea el criminal, si no puede ver, no puede pelear. Del mismo modo, si no puede respirar, no puede pelear. Simple pero vital.

Para impactar a estas zonas se necesita relativamente poca fuerza, y los efectos pueden ser devastadores, llegando fácilmente a la muerte (especialmente en el caso del cuello impactado en forma frontal). Por lo tanto, reitero que el cuidado debe ser extremo (especialmente en el entrenamiento) al intentar aplicar estos golpes; y en la vida real, si bien puede salvarte la vida, se debe justificar su utilización. Los daños seguramente sean irreversibles.

Lic. Marcos Castro

Los puntos vitales

Al dictar cursos y seminarios, es frecuente recibir consultas acerca de la efectividad de los puntos vitales, y las razones por la cuáles no se incluyen (en su gran mayoría) dentro del programa de enseñanza del SPAD ®.

En verdad, entiendo que los puntos vitales (tocar a una persona en cierto lugar específico del cuerpo y generar un dolor muy agudo, una respuesta involuntaria, o un desmayo, entre otras cosas) funcionan en serio… pero para ciertas personas y en ciertas circunstancias; y justamente en esta última cuestión que nombro es donde radica el problema.

He visto con mis propios ojos cómo una persona se doblaba de dolor cuando un instructor presionaba con un sólo dedo ciertas zonas muy específicas de su cuerpo, pero también he visto como en la misma clase, para distintas personas con diferente contextura física y edad, la misma técnica no tenía un efecto considerable. Por suerte, he estado con Instructores expertos en puntos vitales, con la suficiente humildad y sinceridad como para explicarme que existen personas a las cuáles ciertos puntos no les afectan, dependiendo de su anatomía específica (un músculo levemente más largo, un nervio ubicado un poco más profundo, etc.).

Incluso, hoy día luego de varios años de investigaciones, sabemos que las personas bajo efecto de narcóticos o alcohol, tienen en gran parte inhibido el dolor, y por lo tanto, cualquier técnica que se base en el dolor tiene una alta probabilidad de fallar con este tipo de agresores (tan frecuentes en la actualidad).

Por otra parte, muchos de estos puntos son lo suficientemente específicos y detallados, que requieren literalmente buscarlos durante algunos segundos (con la cooperación del compañero de entrenamiento) hasta encontrarlos, o de otra manera, requieren verdaderamente una gran maestría que sólo se logra con muchos años de entrenamiento.

Significan una habilidad motora compleja, y para los que vienen siguiendo nuestras investigaciones sobre la realidad de la violencia, sabrán que durante una situación de alto estrés (como es una situación real de violencia), es verdaderamente muy dificultoso, sino imposible, ejecutar tareas complejas. Casi por instinto tratamos de utilizar habilidades motoras sencillas (y seguras).

Entonces, yo intento en todo momento seguir una premisa en mi entrenamiento de defensa personal: “cuándo mi vida está en juego, más vale ir a lo seguro”. No quiero basar mi seguridad en algo que “a veces funciona y a veces no”. ¿Vale la pena invertir años en perfeccionar algo que no siempre funcionará y que en muchas ocasiones, requiere la cooperación de la otra persona (que se quede quieta) para que funcione?

Si tienes las ganas y el tiempo para dedicarte a investigar algo tan complejo como los puntos vitales, entonces adelante. Tal vez algún día te sean de utilidad. Pero para todo aquel que quiera aprender a protegerse de la violencia real de una forma rápida y segura, les sugiero dejar el estudio específico de puntos vitales para otro momento.

Tal es la razón por la cuál sólo en ciertas ocasiones utilizo algunos puntos (digamos, menos de cinco) que suelen estar más al alcance, pero que igualmente de ninguna manera generan la muerte ni siquiera un desmayo.

Nunca olviden una cruda realidad cuando entrenen: frente a alguien que coopera (te indica qué ataque va a hacer, se deja manipular el cuerpo, se queda quieto, no contragolpea con fiereza cuando comienzas tu acción, etc.) hasta la técnica más fantasiosa parecerá efectiva.

Lic. Marcos Castro

El factor esencial para producir un knock-out

Para todas aquellas personas que no saben lo que es un Knock Out, me refiero a cuando a través de un ataque físico se deja fuera de combate a una persona. El individuo que recibe el ataque queda incapacitado temporalmente para continuar peleando, incluso muchas veces quedando inconciente.

Lógicamente, en una situación real de violencia, frente a alguien muy agresivo, lograr dejarlo fuera de combate puede ser tal vez nuestra única manera de sobrevivir.

Pero, ¿cuál es el factor más importante para producir un knock out? Muchos dicen que es la sorpresa. Sorprender al criminal con un golpe, hará que no pueda preparar su cuerpo para recibir el impacto, y por lo tanto, el golpe tendrá más efecto que si se produjera en medio de un combate. Y si bien considero que la sorpresa es uno de los factores más importantes, no nos serviría de mucho en caso que la confrontación física ya haya comenzado, porque ambos peleadores estarán preparados (física y psicológicamente) para dar y recibir ataques.

Otros dicen que es la fuerza. Y lógicamente, también es un factor importante, pero he visto muchos knock outs a partir de ataques no tan potentes. Asimismo, ¿de qué sirve lanzar un golpe con toda nuestra fuerza, si ese golpe no da en el blanco?

Por lo tanto, el factor más importante para producir un knock out es: la precisión.

Existen ciertas zonas del cuerpo, que si son golpeadas con un golpe preciso y con relativa potencia, muy posiblemente produzca un knock out. Entre estas tenemos: mentón, cuello, sien, nariz, hígado, genitales.

Basta con mirar algunas peleas de boxeo, para ver como gran parte de los knock outs se producen por golpes precisos al mentón o al hígado, y no necesariamente por golpes potentes.

Obviamente, si luego a la precisión le sumanos potencia y sorpresa, el knock out estará casi asegurado.

Entonces, ¿cómo podemos mejorar la precisión? Pueden existir decenas de ejercicios, pero a continuación tiro algunos sencillos como para comenzar:

1. Elige algún punto de tu bolsa de entrenamiento (puedes marcarlo con alguna fibra o lapicera), y procura golpear justo en ese punto. Considera que cualquier persona que vea venir un golpe, tratará de esquivarlo o bloquearlo (aunque sea por reflejo). Por lo tanto, luego que vayas logrando dar en el blanco, repite el ejercicio pero haciendo que previamente la bolsa se balancee libremente.

2. Un compañero de entrenamiento tiene un foco (cuanto más pequeño mejor), y ambos se mueven como simulando una discusión real. Intenta golpear el foco sorpresivamente y con precisión, utilizando la máxima potencia posible. Una vez que te acostumbres al ejercicio, dile a tu compañero de entrenamiento que trate de evitar tus golpes (corriendo el foco cuando los perciba). Para eso, es importante que simulen una discusión real; sino, es muy probable que no logres asestar ningún golpe.

¡Buena suerte en el entrenamiento!

Lic. Marcos Castro