¿Qué alternativas existen?
Extraído del libro "Sobreviviendo a la violencia", por el Lic. Marcos Castro

Cuando estés frente al criminal, lo primero que debes hacer es aceptar inmediatamente que estás involucrado en un hecho violento, y que por lo tanto, tendrás que pensar y realizar acciones para protegerte. Esto parece una tontería, pero son muchas las personas que se quedan en la negación de que eso no les puede estar ocurriendo, repitiéndose cosas como: - ¿Por qué a mí? - , - ¿Por qué hoy? - , - Esto no me está pasando -. Pero de lo que no se dan cuenta, es que si no aceptan inmediatamente que están involucradas en un hecho violento, por una cuestión lógica, serán incapaces de ponerse a pensar en qué hacer para sobrevivir. Por lo tanto, vuelvo a repetir que la primera acción a realizar es aceptar la situación, concientemente, y repetirte a vos mismo: - Estoy involucrado en un hecho violento. ¿Qué hago ahora? -.

Luego, es muy importante darte cuenta que cuando estás cara a cara con el criminal, no tienes solamente dos opciones (correr o pelear) entre las cuales elegir. Entender este punto es lo que me motivo a dedicar gran parte del tiempo que invierto en investigar la seguridad personal, y de mis entrenamientos, a aprender a potenciar mi capacidad de resolver la situación en la etapa de interacción. Espero que en tu caso al menos encienda una chispa de intriga y motivación, para involucrarte más con esta cuestión.

En verdad, existen al menos siete alternativas de comportamiento posibles, y la más adecuada para la situación dependerá de la evaluación que realices en el momento, de acuerdo a las características específicas del hecho. No hay dos situaciones iguales.

Estas siete alternativas son:

1) Escapar.
2) Cumplir con sus demandas.
3) Calmarlo (disuadirlo).
4) Confrontarlo verbalmente (hacerle ver tus derechos, y demostrarle que se está sobrepasando. Por ejemplo: durante un posible abuso sexual decirle al abusador: - Si no paras ahora, estarás cometiendo una violación).
5) Resolver el problema que ocasiona el conflicto.
6) Disminuir pérdidas materiales (negociar).
7) Atacarlo físicamente (y escapar o neutralizarlo posteriormente).

Obviamente, siempre que escapar sea una alternativa viable (sabemos que no siempre lo es), y que no complique aún más tu seguridad en el intento, debería ser la opción a elegir, particularmente porque no existen garantías que luego seas capaz de resolver la situación sin llegar a la violencia física.

Nunca debes olvidar que si el delincuente o atacante aún te está hablando, entonces todavía tienes posibilidades de resolver la situación sin llegar a la confrontación física.

Pero tanto para poder calmarlo, confrontarlo verbalmente, resolver el problema, o disminuir pérdidas, es necesario que seas capaz de hablar racionalmente bajo estrés (bajo la influencia de la Adrenalina), y si esa es una habilidad que no manejas, la única manera de adquirirla es hablando mientras entrenas bajo estrés.

Las respuestas apresuradas cómo: - Te doy todo -, no sirven para ninguno de los propósitos anteriormente mencionados. Nunca es bueno demostrar excesiva debilidad y temor porque, por un lado, puede ser aprovechado por el delincuente para doblar su apuesta, y por otro lado, seguramente hará que te ganes maltratos adicionales.

Para concluir con el apartado, te dejo un consejo para aquellos momentos durante una interacción, en donde no puedas controlar tus propias emociones: en estos casos, lo conveniente será mirar hacia el suelo, para que de esta manera evites enviar miradas de odio, ocultes tu temor, y le demuestres tu interés en no identificarlo. Asimismo, bajar la mirada es un gesto de sumisión, que sin ser lo mejor, suele preferirse a una actitud desafiante.


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