¿¡Si te pide la billetera, lánzala lejos y corre!?
por el Lic. Marcos Castro
Varias veces he leído y escuchado este consejo de seguridad ante situaciones de asalto (en principio, estimo que en la vía pública). Justamente el mes pasado recibí un e-mail con un powerpoint que sugería nuevamente que ante un asalto, si te pide la billetera, debes lanzarla lejos y correr.

Analicemos un poco esto.

Sin analizar la falla en prevención, frente a un criminal que desea asaltarte, es casi imposible terminar la situación sin pérdidas materiales, salvo que te defiendas físicamente. El delincuente (sobre todo armado) está decidido a llevarse algo, la situación es rápida, mucho nerviosismo, hay un arma de por medio. Tiene un objetivo en mente y salvo que corras o lo ataques, es casi imposible que puedas disuadirlo.

Y no tenemos que olvidar que el criminal tiene miedo, está nervioso y posiblemente haya consumido alguna droga para "animarse" a asaltarte, amén de que puede estar buscando droga desesperadamente por estar en abstinencia, lo que le genera un nerviosismo y desesperación adicional así como inestabilidad emocional.

Si tu claro objetivo y tu prioridad es volver con vida a tu hogar, entonces no tendrás problema en entregarle la billetera. Tu billetera no dará la vida por vos, entonces no la des por ella. Pero ante un criminal que se cree SuperMan y que tiene una gran confusión mental, miedo, nerviosismo y hasta a veces odio, ¿qué crees que hará si le lanzas la billetera? Muy probablemente te dispare o apuñale.

Entiendo que el consejo apunta a ganar tiempo para escapar, pero creo que con la decisión tomada de entregarle lo que pide al delincuente, es una estupidez provocar una reacción más violencia de su parte.

Mi sugerencia es más bien tratar de reducir pérdidas con un buen procedimiento de negociación (algo que muchos alumnos e instructores han podido lograr exitosamente), siempre que el estado psicológico y emocional del delincuente lo permita, y sino, entregarle lo que pide (en lo posible, sin dar más explicaciones, entregarle el dinero de la billetera y no la billetera) mientras comenzamos a alejarnos de la situación diciendo cosas como: "toma la billetera, no quiero problemas, yo me voy de aquí, no quiero que venga la policía o nos vea alguien y correr más peligro, terminémosla rápido".

Si se trata de un asalto verdadero, el delincuente logró lo que quería y le facilitaste la huida, que es una gran preocupación al momento de victimizar a alguien. Piensa que en el momento de terminar el hecho delictivo, siempre se le cruzará por la cabeza matar a la víctima y no dejar testigos, o que la víctima puede perseguirlo, atacarlo por la espalda, etc. Si al momento de intentar irse de la situación luego que le entregaste lo que pedía, el delincuente sigue insistiendo o te quiere llevar a otro lado, muy posiblemente tenga otras intenciones en mente (sobre todo si la víctima es mujer).

Pero en vez de lanzarle lo que pide y correr, que es una acción brusca que posiblemente genere otra acción brusca, y además no sabrá si la víctima se largó a correr para buscar ayuda o ir a buscar un arma, la idea es proponer terminar la situación pero sin generar una respuesta agresiva. A lo sumo, el delincuente te dirá que no te muevas, que te quedes allí, pero eso no predispone un ataque directo y te permite seguir "negociando" y evaluando el entorno.

La clave está en moverse del lugar, irse, comenzar a caminar, proponer el fin de la situación, mientras demuestras con lenguaje verbal y no verbal, que no quieres problemas ni mayores riesgos para ninguno de los presentes. En otras palabras, facilitarle las cosas, ayudarlo a irse de allí sin riesgos (ya sé que estamos dejando a un delincuente suelto, pero esa no es tu función y preocupación en ese momento), y no quedarse frente a él sumiso esperando a que te siga pidiendo cosas. Haciéndolo con un lenguaje verbal y no verbal no violento, no generará una reacción violenta y extrema de su parte.

Por supuesto, que la opción de atacarlo o escapar sin más, siempre está disponible, pero es cuestión de evaluar riesgos sobre beneficios, para determinar si esa es la mejor acción en ese momento, frente a ese delincuente y en esa circunstancia. De todas maneras, nunca descartes que lo que empezó como un asalto, rápidamente puede requerir una acción defensiva extrema de tu parte. Por eso mismo, nunca dejes de evaluar tu entorno y las posibilidades o limitaciones que te presenta en esa situación.

Mantente preparado.


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