El rol del Ego en tu seguridad personal
por el Lic. Marcos Castro
La actitud y el ego cumplen un rol crucial en defensa personal. Son uno de nuestros peores enemigos.

Desde el momento en que un individuo es capaz de dejar su ego de lado y pensar racionalmente durante un conflicto real, duplica inmediatamente su seguridad personal.

Ese es uno de los principales inconvenientes de los adolescentes y por el cuál se producen el 90% de las peleas callejeras. Todo se puede reducir a no querer quedar como un cobarde. A querer demostrar cuán macho son. A probar "quién es el más malo". En una palabra, a cuestiones de IMAGEN.

Pero como siempre digo, si quieres demostrarte cuán valiente eres, entrena unos meses de boxeo en algunos de los gimnasios más bravos de tu ciudad. Querer demostrarlo provocando (o no evitando) situaciones reales de violencia, es una estupidez que puede llevarte a lesiones graves e incluso la muerte, y posiblemente por razones que no justificaban vivir el resto de tu vida con cicatrices, con una muñeca fracturada, con un ojo lesionado (en el mejor de los casos). No me infunde ningún respeto ver a un individuo con lesiones permanentes por cuestiones que se podrían haber evitado. Por el contrario, me produce lástima y rechazo.

Demostrar... ¿a quién? ¿A un individuo que posiblemente no vuelvas a ver en tu vida? ¿Tanto te interesa que un desconocido piense por un momento que eres un cobarde?

En una situación que involucre armas, tu atacante armado ¿tiene derecho a pensar que eres un cobarde porque escapas corriendo? Si un individuo es tan valiente, ¿por qué te toma por sorpresa en los momentos en que eres más vulnerable, y además en grupo o utilizando alguna clase de arma? Si tu atacante es tan "malo", ¿por qué te amenaza, te grita, gesticula agresivamente, en vez de acercarse y golpearte directamente? ¿Será tal vez que no se anima o no está preparado para hacerlo? ¿Es necesario tanto palabrerío, tanto ritual si realmente fuese tan malo como demuestra ser?

En una confrontación física real ocurren decenas de imprevistos. El desenlace depende tanto de tu habilidad, como de las condiciones del entorno imperantes en el momento. Por más buen peleador que seas, te predispones a accidentes: un charco de agua que no percibes y ahora estás en el suelo con tres o cuatro individuos pateándote por todos lados; un mueble que no tuviste en cuenta y con el cual te golpeas la cabeza mientras estás peleando, revertirá el resultado en tu contra; los amigos de tu oponente que se involucran a ayudarlo y que no habías considerado, es garantía de una paliza que no olvidarás por el resto de tus días.

La vida real no es como en las películas. Una pelea en un gimnasio o en un torneo es un mundo aparte: el lugar está preparado para pelear, no hay obstáculos, existe un árbitro que detendrá la pelea ante cualquier peligro, reglas, consentimiento para pelear, preparación de meses para ese momento. Pero "la calle" es un ring muy diferente.

Es posible que la técnica más efectiva, factible y que resuelve la mayor cantidad de situaciones reales de violencia, sea CORRER. El problema es que en la gran mayoría (si no todas) las culturas, eso generalmente significa ser el cobarde. Y por tal razón, la gente es reacia a hacerlo.

Pero, ¿qué es verdaderamente ser cobarde?

Ser cobarde es no hacer algo que sabes que DEBES hacer. Mirar hacia otro lado cuando es necesario enfocarte en el problema. Si están atacando físicamente a un ser querido y por temor a lesiones (y teniendo la habilidad) escapas en vez de ayudarle, eso es otra historia. Pero si eres tu mismo el blanco del ataque, son muy pocas las situaciones en donde DEBES seguir peleando (siempre y cuando escapar sea una alternativa posible).

Gran parte de los hechos violentos que se producen a diario se deben a que el atacante vio una OPORTUNIDAD contigo o tus posesiones. En otras palabras, se le dieron todas las condiciones favorables del entorno para poder robarte, asaltarte, violarte, secuestrarte, atacarte. Si eliminamos esta oportunidad, la cantidad de situaciones que podemos llegar a sufrir se reducen drásticamente. Entonces, gran parte de la seguridad personal de un individuo se reduce a la PREVENCIÓN.

Y una de las maneras de evitar dejar oportunidades, es CORRER, ESCAPAR en cuanto sospechemos o percibamos que se está produciendo un hecho de violencia.

A lo largo de la vida sufriremos muchas más situaciones que no serán hechos de violencia, en donde vamos a tener que ser VALIENTES. Ese será el verdadero momento para "demostrar" que no somos cobardes.


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