Una cosa es defenderse físicamente en el gimnasio o lugar de entrenamiento, con ropa cómoda para realizar actividad física, y otra muy diferente es la realidad, dónde muy probablemente nos encontremos con jeans, zapatos, traje, corbata, zapatos con taco, sandalias e incluso sólo con un traje de baño.
Y así es cómo la víctima, que “supuestamente” tenía el entrenamiento adecuado sobre cómo protegerse, sufre un hecho de violencia y se bloquea mentalmente (en el mejor de los casos) al no saber qué hacer ante tal circunstancia con la pérdida de movilidad y comodidad.
El primer planteo que me hago es… ¿un entrenamiento sin considerar estos factores, es un entrenamiento realista? ¿Entrenar siempre con ropa apta para hacer ejercicios físicos es realista? ¿Entrenar siempre en lugares aptos para la actividad física es realista?
Como siempre, la clave para lograr protegerse con éxito cuando la vestimenta ofrece poca movilidad, es entrenar simulacros con esa vestimenta. De esa manera no sólo se puede analizar con realismo qué técnicas, conceptos y tácticas funcionan y cuáles no, sino también nos sacará una buena cuota de ansiedad de encima.
Por otra parte, un método de protección física para la realidad de la calle, que se base en técnicas, conceptos y tácticas que no puedan ser realizadas con jeans, sin calzado, con calzado pesado, con zapatos de taco, con vestido, o con traje, no es realista. Punto.
Siempre dependiendo del estilo de vida de cada uno, si durante el 50% del tiempo estamos vistiendo un traje con saco y corbata, entonces necesitamos que al menos el 50% de nuestro entrenamiento sobre cómo protegernos de la violencia, sea realizado con esta vestimenta o bien considere esta realidad.
En última instancia, aprender defensa personal se trata de aprender a protegerse en la vida real, ¿o no?
Lic. Marcos Castro